Ética y Valores frado 4-1
Octubre 26 de 2020
Reflexión: La honestidad
es un valor que debe tomarse muy en serio, y estar consciente de cómo nos
afecta y afecta a los demás cualquier falta de honestidad, por muy pequeña que
sea. El ser deshonesto es ser falso, injusto. La deshonestidad no respeta a la
persona en sí misma, por lo que esta
persona vive en la sombra. La honestidad, todo lo contrario, da confianza,
sinceridad y apertura a una vida de luz.
No importa la religión, raza, cultura o creencia, los valores deben ser parte de nuestro día a día para mejorar las relaciones personales, profesionales, sentimentales, y en general es lo que necesitamos actualmente para crear una mejor sociedad.
Historia de Juanito el honesto
Érase una vez un niño muy pobre que vivía con
sus padres en una zona en las afueras de la ciudad. Juanito, que así se llamaba
el niño, se iba todas las mañanas bien temprano al mercado de la ciudad, a
tratar de buscar algo que hacer para que los comerciantes lo ayudaran con
algunas cosas que le regalaban: frutas, nene con pelota pintado copyhortalizas,
verduras, con las cuales él contribuía a la economía hogareña, a pesar de que
como era un niño era bien poco lo que podía conseguir.
Un día, estando sentado frente a una tienda de
frutas, vio a una anciana comprando algunas cosas, que echaba en una bolsa
grande. Juanito se acercó a ella para tratar de ayudarla, pero la anciana, al
verlo tan desarrapado, lo echó de su lado, porque temía que el niño le fuera a coger
algunas frutas. Juanito no le hizo mucho caso, pensando que quizás la viejecita
había tenido anteriormente algún tipo de experiencias desagradable, y se puso a
mirar otras cosas.
En eso la anciana se va y, como era muy
viejita, echó su bolsa del dinero en la bolsa, y esta se cayó al suelo sin que
se diera cuenta. Juanito corrió donde la bolsa había caído, y cuando la abrió
¡Cielos, allí había dinero como para que toda su familia comiera una semana!
¡Qué suerte!
¿Y sabéis lo que hizo Juanito? Corrió donde la
anciana que ya se iba del mercado, y ésta al verle de nuevo le dijo:
– “Mira niño, ¡ya te dije que no quiero que me
ayudes!”
– “Señora, no es para eso, sino para
devolverle esta bolsa que se cayó sin que usted se diera cuenta.”
La anciana incrédula tomó la bolsa, miró
dentro y exclamó:
– “Que injusta he sido, un niño tan honesto y
yo rechazándolo.” “Pero vamos, ven conmigo a mi casa, para que te de todo lo
que necesites para ti y tu familia.”
Y dicen que desde entonces todo el mundo en la
vecindad llama a Juanito “el honrado”, por lo honesto que había sido en su
conducta.
Estimados estudiantes esta historia se trabaja con Religión y Ética y valores, desde ética por favor léanla para trabajar la próxima clase.
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